Alquilar o comprar, esa es la cuestión
Este dilema no es nuevo y ronda la cabeza de inquilinos y propietarios quizás más de lo que debería. Si alquilar te parece tirar el dinero, pero no tienes los ahorros suficientes para comprar una casa, la dicotomía se acentúa hasta límites insospechados. No te agobies, hay veces que tu situación económica decidirá por ti.
Por lo general, los seres humanos tienen un sentido de pertenencia que les da seguridad. Para conseguir esa seguridad, muchas veces necesitan tener un hogar en propiedad y eso se aprende de generación en generación. La idea de poseer se transmite de padres a hijos e, incluso, en la sociedad que nos rodea.
Ser dueño de tu propia vivienda tiene muchas ventajas, pero tampoco hay que olvidarse de los inconvenientes. Solo una vez medidos y puestos en una balanza, será posible saber cuál es mejor para ti. ¿Estás preparado para meterte en un crédito hipotecario o prefieres un contrato de alquiler?
Quiero ser propietario
Tener una casa a tu nombre implica la inmovilización de un activo económico. Si tu interés es estar en el mismo sitio siempre, no tendrás problema, pero si te compras la casa en Barcelona y luego te mudas a Cádiz, la cosa puede complicarse si necesitas el dinero de inmediato.
Ventajas de comprar una casa
En la ciudad, en el campo, en la playa… mientras sea tuya, estés a gusto y la quieras da igual dónde esté la casa de tu vida. Desde el punto de vista psicológico, ser propietario motiva por esa seguridad mencionada en el párrafo anterior. Si se analiza a través de un prisma financiero, la compra de una vivienda compensa por:
1. Es una inversión.
2. Desgrava y tiene deducciones fiscales.
3. Reafirma el sentido de pertenencia y permanencia.
Con la compra de una casa, el bienestar personal mejora considerablemente, sobre todo si no se necesita pedir hipoteca, que no es lo habitual. Si se necesita un crédito, mejor es pensar que la vivienda al final será tuya y que ese pago mensual de las letras es una inversión a largo plazo.
Inconvenientes de comprar una casa
Por muy enriquecedora y positiva que sea la experiencia de comprar una casa, siempre habrá algún que otro quebradero de cabeza, así que no te engañes: no es oro todo lo que reluce. Si eres un aspirante a propietario, ten claro estos puntos negros a la hora de tomar la decisión:
1. Buscar una hipoteca buena y que te la den no es tan sencillo.
2. Implica gastos hipotecarios, intereses e impuestos sobre la propiedad.
3. Hay que hacer un aporte inicial de capital que no todo el mundo tiene.
4. El valor de una casa fluctúa. Puede aumentar o bajar.
5. Se pagan impuestos de propiedad.
6. Ata a una persona a un sitio y reduce su flexibilidad para el cambio.
7. No solo pagarás la letra de la casa. Tendrás que añadir: el seguro del hogar, la comunidad y los gastos imprevistos que el seguro no cubra.
Quiero ser inquilino
Por mucho que te empeñes en tener tu propia casa, la compra no es una opción para todos. Los precios de la vivienda en toda Europa están por las nubes y eso hace que sea su opción para descartar para muchas personas. Ahí es cuando el alquiler se convierte en el plan A.
Ser nómada es la elección más sencilla, más aún con el desarrollo tecnológico que facilita el trabajo en remoto desde cualquier sitio. De hecho, el alquiler libera a los más jóvenes de unas ataduras que les permitirá un modo de vida más flexible. Con el alquiler, la movilidad es la clave.
Ventajas del alquiler
Si alquilas te ahorras el desembolso de todos esos gastos adicionales que van de la mano de la hipoteca. También te despides de los impuestos de propiedad que tienen casi todos los países europeos y, además, puedes ser un espíritu libre que vaya de un sitio a otro en función de las circunstancias. Resumiendo…
1. No tienes que pagar impuesto de propiedad (IBI).
2. No te afectan los intereses ni preocupa el Euribor.
3. El seguro del hogar corre a cargo del propietario.
4. La flexibilidad es absoluta a la hora de cambiar de residencia mientras se cumplan las condiciones de contratación del alquiler.
Inconvenientes del alquiler
Cualquier gasto inherente a la propiedad no será un problema siendo inquilino. El alquiler que se paga por la vivienda ya incluye todo, excepto los suministros que los paga quien habita en la casa. La vivienda es cara, así que a menos que se quiera vivir en casa de los padres para siempre, hay que decidirse y estos son los inconvenientes del alquiler:
1. Desembolso de una cantidad, por lo general, superior a lo que sería una hipoteca.
2. Sentido de “perder el dinero” en lugar de invertir.
3. Si hay desperfectos en la casa se pierde la fianza, así que hay que cuidarla igual que si fuera tuya.
4. Hay que adaptarse a las normas del propietario si las hubiera.
5. Hay que contar con que la fianza, por lo general, es una mensualidad que hay que desembolsar al principio.
El factor tiempo decide
Saber si tu intención es permanecer mucho tiempo en un sitio o no es decisivo a la hora de comprar o alquilar. Si tu estilo de vida es dinámico y vas de un lugar a otro, quizá no compensen las ataduras de una vivienda en propiedad. Si, por el contrario, tienes claro dónde estar durante 5 años, baraja la compra.
No obstante, es imposible saber a ciencia cierta cual de las dos posibilidades es mejor, ya que dependen del estilo de vida, las necesidades de cada uno, los ahorros y el deseo de poseer o no. En cualquier caso, siempre analiza bien los pros y los contras antes de tomar la decisión final si es que puedes permitirte ambas opciones.