Cómo conciliar vida laboral y familiar

Con pandemia o sin ella, notas que no te da la vida para todo lo que tienes que hacer. Trabajo, hijos y casa ocupan todo tu tiempo, pese a los consejos para rendir al máximo que te dimos hace unos posts. Saber cómo conciliar vida laboral y familiar no es fácil, pero la ley te respalda y como trabajador tienes unos derechos que te recordamos.
Qué dice la ley
Alejandro Aradas, abogado especializado en Derecho Laboral y Civil, recuerda que hasta 2019, solo se podía conciliar si se pedía una reducción de jornada para el cuidado de los hijos. Ese año, mediante un Real Decreto, se planteaba la adaptación de la jornada laboral y como tal se recogió en el Estatuto de los Trabajadores (artículo 34).
El abogado deja claro que el trabajador tiene el derecho de pedir la adaptación, pero la empresa no tiene la obligación de aceptarla. Si esta se negara, deberá acreditar las razones y estas deben ser objetivas. Aunque solo puede pedirse hasta que los menores tengan 12 años, también contempla el cuidado de parientes de hasta segundo grado consanguíneo (abuelos, hermanos, padres).
Límites para conciliar vida laboral y familiar
Como ya se ha mencionado, reducir la jornada no es la única opción para adaptar la vida laboral y la familiar, sino que es la más popular porque hasta el pasado año es la única que existía. No obstante, hay dos límites infranqueables para solicitar modificaciones en tu jornada laboral:
1. Si el trabajador pide una adaptación horaria, esta debe encajar con la actividad de la empresa.
2. Que no limiten las funciones del empleado según las necesidades empresariales
Trabajo a distancia
Para conciliar vida laboral y familiar puedes pedir trabajo a distancia. Cosa distinta es que la empresa lo acepte alegando “cuestiones organizativas”. El trabajo a distancia, regulado por el Real Decreto 28/2020, se diferencia del teletrabajo porque el primero es el que se hace desde casa durante la jornada de manera regular.
Por su parte, el teletrabajo es aquel que se desempeña mediante la utilización de sistemas telemáticos, informáticos o de telecomunciación. Con ambas opciones, el trabajador tiene los mismos derechos que si del trabajo presencial se tratara. No puede perjudicarle ni en condiciones, ni en retribución, ni en formación, promoción o sueldo.

Cómo se solicita la adaptación
Al ser un derecho relativamente nuevo, no hay proceso regulado. El trabajador debe pedírselo a la empresa vía oral o escrita (no hay una fórmula concreta). Durante el plazo de 30 días, se inicia la etapa de negociación entre empresa y empleado. Luego, la empresa tiene que comunicar su decisión por escrito aceptando, rechazando o planteando alternativas. Si la respuesta es un rotundo “no”, la empresa tiene que explicar las causas por las que se opone.
Los cambios para conciliar vida laboral y familiar terminarán cuando finalice el motivo que los llevó a cabo. Algunas de las razones por las que una empresa puede negarse a conceder al trabajador sus peticiones son:
1. Imposibilidad de encontrar a otra persona que desempeñe el trabajo en las horas de ausencia.
2. Que demasiados empleados lo soliciten.
3. Que el trabajo del solicitante sea insustituible.
Si tienes dudas sobre qué es más ventajoso, si la reducción de jornada o la adaptación de esta, ten claro que con la segunda no hay reducción de sueldo porque se trabajan las mismas horas, pero colocadas de otra manera. Por su parte, la reducción de jornada está respaldada por la declaración del despido nulo si se diera el caso y la adaptación no.
Consejos para conciliar vida laboral con familiar
Una vez tenidos en cuenta los aspectos legales, pasemos a enumerar algún consejo para que conciliar vida laboral y familiar no sea misión imposible. Después de haber llegado a un acuerdo con tu empresa, deja a un lado el estrés, respira hondo y apunta las claves para que el día no se te haga interminable.
1. Encaja los horarios de tus hijos. Si tienes más de uno y van a extraescolares, intenta que sean a las mismas horas los mismos días.
2. Prioriza y relativiza. No tienes que tener la casa impecable todos los días. Piensa en las cosas que improrrogables que tienes que hacer y hazlas.
3. Si necesitas ayuda, pídela. No tienes por qué ser una superpersona y todos necesitamos ayuda antes o después. Si detectas que es tu caso, dilo.
5. Reparte tareas domésticas si tienes alguien con quien hacerlo. En caso contrario y si puedes permitírtelo, echa mano de empleados domésticos por horas que te quiten faena, aunque sea un día a la semana. Si no puedes: organización máxima y no desesperar.
6. Ante todo, asertividad. A veces hay que decir que no a quien sea: hijos, amigos, pareja… Que no te dé miedo. Planifica tu tiempo libre para disfrutarlo con calma dejando a un lado lo que veas que no puedes hacer.