Pandemia y salud mental
Demasiado tiempo en casa se mire por donde se mire. Pandemia y salud mental son un binomio que a más de uno le gustaría no ver juntos, pero el confinamiento, las restricciones y la crisis económica hacen mella en la sociedad. Hace ya más de un año la vida de las personas cambio sin fecha de vuelta a la normalidad.

Una encuesta del CIS, realizada a 3.083 personas, dice que un 23,4% de la población ha tenido bastante o mucho miedo al coronavirus; exactamente a morir por su causa. Este sondeo hila más fino cuando matiza que ese pánico es del 18,4% en los hombres y del 28,3% en las mujeres. Por edades, los más asustadizos están entre los 55 y los 64 años.
Consecuencias de la pandemia
La preocupación por el contagio propio o de algún familiar se suma a la de la muerte. De hecho, un 35,1% (52,8% mujeres y 16,9% de hombres) asegura haber soltado alguna que otra lágrima ante este panorama desolador marcado por la pandemia. Los jóvenes son los más llorones, ya que un 42,8% de entre 18-24 años reconoce haberlo hecho.
La salud mental era algo que antes no preocupaba a los españoles, pero ahora un 61,2% la tiene en cuenta más de lo que les gustaría. Cuando se preguntó por más problemas añadidos, un 51,9% dijo que la falta de energía y el cansancio era algo habitual, mientras que un 41,9% señalaba el insomnio y un 38,7%, los dolores de cabeza.

Atención a los más pequeños
Los niños también han sufrido en sus carnes los efectos del COVID-19. Como consecuencia, su comportamiento se ha modificado y ha producido preocupaciones en sus progenitores. De un total de 843 entrevistas, el 52,2% con menores en casa afirmó haber detectado cambios de comportamiento (de humor, sueño, costumbres…).
Clase social y salud mental
Esta encuesta ha estado liderada por Bonifacio Sandín, catedrático de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y por José Luis Pedreira, profesor, psiquiatra y psicoterapeuta. Este último explicó que el tamaño de la muestra era muy significativo porque recogía todos los rangos de edad.
Pedreira constató que los adultos jóvenes habían llegado a llorar varias veces al día y habían tenido miedo a la muerte o al contagio. Como dato curioso, los ansiolíticos, inductores al sueño o antidepresivos se han prescrito más del doble que en tiempos sin pandemia y en tratamientos más allá de los 3 meses.
Sandín dio un paso más al poner de manifiesto que la clase obrera (los trabajadores de clase media o baja) fueron quienes más problemas mentales tuvieron. La clase media ocupa una posición intermedia en cuanto a desórdenes mentales, según indican los resultados.
Si has estado o estás mal durante esta pandemia, el dinero no va a quitarte las preocupaciones. No obstante, si estás pasando por un bache económico, no descartes los préstamos online para abrirte paso. Mientras tengas en cuenta las fechas de devolución, serán tu mejor aliado.