Qué es la economía colaborativa

07 nov 2023

La economía colaborativa, también llamada de intercambio, consiste en compartir servicios o bienes a través de un pacto que puede o no ser económico. La crisis y la inflación han hecho que cobren peso acciones antes menos utilizadas como lo es este tipo de economía o los préstamos rápidos online.

La modernización tecnológica está propiciando la economía sostenible y conectar con cualquier persona al otro lado del planeta hace que todo sea mucho más fácil. Antes tan solo se podía mantener un marco cercano para compartir bienes o servicios. Ahora, ya no hay fronteras.

La vida puede ser más fácil

La economía colaborativa está suponiendo una revelación en el modelo de negocio basado en el trueque, es decir, el intercambio. El despegue de esta acción no está del todo claro, pero todo apunta a que los precios abusivos, la inflación y la poca regulación han sido el caldo de cultivo perfecto para su proliferación.

También están quienes piensan que es un modo de ser sostenible, ahorrar y aprovechar materiales destinados a acabar en la basura. Sea cual sea la razón de su éxito, la economía colaborativa está cada vez más presente en todos los sectores: alimentación, o finanzas.

Economía colaborativa en las finanzas

El dinero no ha pasado sin pena ni gloria en este tipo de economía. Hoy en día, existen plataformas cuyo objetivo es perfeccionar servicios con intereses más bajos a los tradicionales bancos.

Como ejemplo están métodos de microcréditos, donaciones, sistemas de ahorro y, como no, el crowdfunding, sistema de financiación colectiva por excelencia. En su caso en concreto, grandes y pequeñas iniciativas ven la luz debido a las aportaciones económicas de personas en cualquier punto geográfico.

Economía colaborativa en otros sectores

La digitalización ha sido el elemento propulsor de este tipo de acciones y ahora no hay sector que se le resista. Entre ellos está el alojamiento, los transportes, la segunda mano y restauración además de los mencionados anteriormente.

Un ejemplo de colaboración en alojamiento puede verse en el alquiler de pisos turísticos a través de intermediarios en forma de plataforma. Estas unen al propietario con el huésped para ofrecer una vivienda vacacional con todas las comodidades como si fuera la tuya propia.

El intercambio de casas también está cobrando auge y cada vez son más las páginas web destinadas a conectar personas con un interés común: cambiar su casa por otra en la que pasar las vacaciones. Además de ahorrar dinero en hoteles y apartamentos, el intercambio logra un efecto especial: sentirte como en casa.

En el transporte, por su parte, cada vez existen más aplicaciones que contactan a pasajeros que buscan conductores y viceversa. El mercado de segunda mano es otro ejemplo de economía colaborativa gracias a la aparición de aplicaciones en las que se vende de todo, desde ropa, libros, electrodomésticos hasta objetos variopintos.

Por último, la restauración también se ha visto afectada por la economía colaborativa para luchar contra el desperdicio tanto en bares como en supermercados, restaurantes o tiendas. De hecho, cada vez son más lo que ofrecen los sobrantes del día en perfecto estado que no han sido vendido y pueden ser consumidos (ejemplo Too Good to Go).

En definitiva, la economía de intercambio favorece una mayor oferta de bienes y servicios al participar los particulares. Además, favorece el ahorro porque los precios son inferiores y fomenta la sostenibilidad, ya que se alarga la vida útil de lo que se compra. Por último, permite aprovechar todos los recursos favoreciendo al medioambiente.