¿Sabes cómo repercute el tope de gas en tu factura de luz?

La frase “hoy es el día en que el precio de la luz bate su récord histórico” la tienes grabada a fuego. No hay semana que no la oigas desde que empezase la crisis energética de España. A esta fatalidad de sentencia, se le añade un concepto novedoso que no te dejará impasible: el tope de gas.
Esta escalada de los precios empezó a mitad del 2021 y no ha hecho más que subir con repercusión en el bolsillo de los ciudadanos. Todos aquellos que ni con el plan ideal de su compañía estrella (si es que existen ambos conceptos) no consiguen mantener a raya el gasto, se ven obligados a recurrir a los minicréditos.
En qué consiste el tope de gas
Con el objetivo de la que la situación no se desborde más todavía, España y Portugal han desarrollado una medida especial, bautizada con el nombre la “excepción ibérica”. Este plan consiste en establecer un tope al precio del gas durante 12 meses, pero claro, el precio de la compensación se repartirá entre los usuarios.
Tal y como explica la Organización de Consumidores y Usuarios, los precios del mercado de la electricidad hacen que el precio del kWh necesario para ajustar oferta y demanda sea quien decida el precio de la energía en su totalidad. Así, cuando se recurre al gas, toda la energía pactada se traslada a esa hora.
Esto implica un encarecimiento, pero para eso se ha aplicado un Real Decreto Ley, el 10/2022, que establece un tope de 40 euros/MWh para fijar el precio de gas que se usa en la generación eléctrica.
Tras los 6 meses, esa cifra subirá de 5 en 5 hasta llegar a los 70 euros y los generadores de electricidad con gas tendrán una compensación a la hora de hacer sus ofertas por esa diferencia entre el precio topado y el precio real.
Supuesto ahorro del 22%
Según se estima desde la OCU, esta medida redujo en agosto el precio de la energía en un 22%, lo que equivaldría a 68,89 euros, pero ¿se puede hablar de ahorro para el consumidor? La respuesta es un no rotundo, pero si se puede hablar de “moderación” en la subida desorbitada de precios.

Quienes sí ven beneficio en esta medida son las compañías eléctricas. De hecho, cada hora que se crea electricidad con gas, se compensa a las compañías con la diferencia si el coste está por encima de los 40 €/MWh. Esta compensación es más alta cuanto más cueste el gas.
Aunque el consumidor no encuentre lógica en este argumento, sí la hay, porque es más económico compensar esa diferencia antes que usar el gas como materia prima y pagar su precio completo. El resultado es una cifra que cambia cada hora y que se reparte entre los consumidores.
Quién paga la compensación
El precio del tope del gas lo asumirán los consumidores cuyos contratos entraran en vigor desde el 26 de abril de 2022 (esto incluye un cambio de plan en la misma comercializadora). Lo pagaran estos clientes porque son quienes se beneficiarán de la bajada de precios generalista a diferencia de los contratos anteriores.
La elección de esta fecha se debe a que fue ese día cuando la Unión Europea aceptó la “excepción ibérica” de España y Portugal. Desde entonces, todas las comercializadoras tuvieron la libertad de bajar los precios sin tener detalles de sus implicaciones que se publicarían al mes siguiente.
Mercado libre o regulado
En los contratos con PVPC (precio al pequeño consumidor), es decir, el mercado regulado, este tope será invisible en la factura porque forma parte del concepto “coste de la energía”. En el mercado libre, serán las comercializadoras quienes lo añadan en la factura como un coste más si lo estiman.
El consumidor tiene que prestar atención al precio del kWh para escoger las tarifas más económicas. El concepto por el tope de gas siempre aparecerá en la parte menos visible y con letra pequeña, así que la confusión de la población está asegurada desde el momento en que cambien de tarifa o compañía.
Mientras se aplique esta excepción, los precios fluctuarán en función de cuánto gas se haya usado para generar la energía consumida. El importe de los primeros meses está siendo muy alto y en muchos casos llega a igual al consumo de electricidad para disgusto del consumidor.
El verano ha sido terrorífico, el gas ha llegado a los 250 euros/MWH y se ha usado un 31% para generar electricidad. Esto ha encarecido el coste de compensación y, como los usuarios entre los que repartirlo no son muchos, el impuesto ha sido muy elevado para la mayoría de los hogares.