Una Navidad marcada por la inflación y el entusiasmo

Esta es la primera Navidad que se está viviendo en libertad tras la pandemia. Atrás quedaron las restricciones, el límite de convivientes para festejar las fechas señaladas y el miedo a un nuevo repunte de casos. Ni la inflación ha podido con el entusiasmo de los españoles que viven con ilusión unas nuevas navidades “normales”.
El ahorro y la contención económica no han podido con el espíritu navideño, aunque esto implique un enero difícil o tener que recurrir a los créditos rápidos. 2022 termina con ganas de celebrar, pese a todas las adversidades del año que se queda atrás: crisis, una guerra, los precios desorbitados…
Un estudio de Ipsos realizado en unas 10.000 personas de 12 países distinto ha querido saber cómo se siente la población en estas fechas, cuáles son sus planes de gasto y que desean que se les regale por Navidad. Al entusiasmo, se le añade ese estrés por las compras y por intentar ajustar los presupuestos para sufrir lo menos posible.
Cómo se siente la gente en Navidad
La emoción y el entusiasmo invade a más de un tercio de los españoles que asegura sentirse mucho mejor que el año pasado. La vuelta a la normalidad es lo que tiene, aunque también ha conseguido que más de la mitad sienta estrés por la desorbitada subida de precios. El temor a las compras se siente en el ambiente.
Aun con este panorama, la mitad de la población asegura que su presupuesto navideño subirá hasta un 20% para hacer frente a los gastos. En estos se incluyen los regalos, donde las prioridades son libros, ropa y artículos de perfumería, ocio y gasto en celebraciones.
Emociones más presentes
El entusiasmo se mezcla con ciertas dosis de estrés. Un 85% de la población encuestada para elaborar el informe dijo sentirse feliz a la hora de celebrar. De ese porcentaje, el 34% aseguró estarlo más que el año pasado, sin embargo, 9 de cada 10 entrevistados manifestó signos de estrés.

En el caso concreto de España, un 54% reconoció sentirse estresado debido a la inflación. Si hacer la compra del mes ha sido todo este año un reto para el consumidor, diciembre ha sido peor. Además, se le añade un gasto nuevo: el de los regalos y productos varios típicos de la Navidad.
La inflación principal protagonista
La inflación es la culpable del estrés porque se sabe que las compras pasarán factura en la economía familiar o, por lo menos, así lo creen 4 de cada 10 personales. En el caso concreto de los españoles, el 49% dice que la subida de los precios se notará en la adquisición de sus productos y el 45% opina que lo hará en las comidas y cenas.
Reducir el presupuesto para las celebraciones es algo que solo hará un 29% como media mundial. Esto es más habitual en aquellos países en los que se comprar menos y la ilusión por la Navidad es más baja que en España. Aquí, la ilusión es muy acusada y la mitad de los encuestados subirán el presupuesto un 20% con respecto al año pasado.
Compras por adelantado
Si el 2021 estuvo marcado por la disponibilidad de los productos en cuanto a compras se refiere, en 2022 la clave reside en la búsqueda de oferta para intentar ajustar los presupuestos. Esto es más acusado en los productos de electrónica y alimentación, según un 56% de los encuestados.
En el caso concreto de España, el 54% afirma que buscará descuentos antes de lanzarse a la compra. Si hay que reducir en algo, la mayoría optará por una decoración más austera de la casa y por comprar menos comida. El 30%, por su parte, dice que comprará menos regalos, aunque no prescindirá de ellos.

La compra anticipada ha sido otro de los puntos fuertes de esta Navidad ante el temor de que la inflación siguiera imparable su tendencia al alza. A mediados de diciembre, el 44% de los participantes en el estudio decía haber terminado ya las compras navideñas, lo que no sucede en España con un 60% sin ni siquiera haber empezado.
Gasto en regalos
Los regalos más buscados son la ropa, los artículos de belleza y cosmética y, por supuesto, los juguetes para los pequeños de la casa. El 45% ha escogido regalar moda a nivel global, y en el caso de España esa cifra sube al 53%. El dinero y las tarjetas de regalo son opciones populares, pero percibidas como algo con poco esfuerzo e impersonal.
En España los libros gustan a un 35% de la población, lo que la sitúa 10 puntos por encima de la media mundial en esta categoría. Solo delante está Francia con un 42% y detrás Reino Unido (32%), Brasil (32%) e Italia (30%), que lo consideran un buen regalo y además económico.
Si el regalo no convence a quien lo recibe, qué se hace a continuación varía mucho en función de los países. A nivel mundial, un 36% se lo queda, mientras que un 25% lo cambiaría y un 27% se lo regalaría a otra persona. Solo un 19% dice que lo donaría para que alguien pudiera aprovecharlo.
Los españoles son de los que lo cambiaría en un 48% de las ocasiones y solo 1 de cada 5 se quedaría un regalo que no le gusta. El 11% dice que se lo daría a un tercero y a tan solo el 7% se le pasaría por la cabeza la donación. Aunque la intención esté en las manos del que regala, los españoles parecen tener claro qué hacer con un regalo que no gusta.