La inversión en fondos implica gastos
Es probable que si has llegado hasta aquí es porque necesites un préstamo rápido para resolver algún imprevisto puntual o, por que no, para darte un homenaje que no quieres aplazar más. Aunque tu cabeza no esté en “modo inversión”, este post, te dará ideas por si un día te ves con ahorros de los que quieras sacar algo de partido.
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, tu único debate es la cantidad exacta que solicitar en tu crédito rápido, pero nunca está de más conocer detalles sobre cómo sacar partido a tu dinero… cuando lo tengas. Tú toma nota y ten cuenta que los fondos de inversión también implican gastos.
Qué es un fondo de inversión
Un fondo de inversión es una IIC, es decir una institución de inversión colectiva, que funciona recopilando aportaciones de capital de distintas personas llamadas “partícipes”. Este capital se gestiona con el único objetivo de conseguir un beneficio económico.
Una entidad gestora es la que se encarga de invertir todas estas aportaciones en los activos que considere. Estos activos pueden ser de renta variable, fija o una combinación de las dos, tal y como indica la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y deben atenerse a unas directrices pactadas con anterioridad.
Los fondos se regulan por una normativa que establece límites relativos a la inversión para que la liquidez, la diversificación y, como no, la transparencia estén siempre aseguradas con unos mínimos. Las señas de identidad del fondo y las modalidades de activos están recogidas en la política de inversión.
Gastos del fondo de inversión
Un estudio llevado a cabo por la Organización de Consumidores y Usuarios dice que los gastos derivados de los fondos de inversión deberían ser reconocibles, pero a veces son difíciles de detectar. En términos generales, los gastos pueden ser únicos o de pago anual, pero hay variantes que se detallan a continuación.
Gastos únicos
Los gastos únicos de un fondo de inversión, los paga el partícipe una vez. Nada tienen que ver con la calidad del producto de inversión. En ellos están (tomando como fuente la OCU), los gastos de compra y venta, también llamado de entrada y salida. Las comisiones que se pagan aquí son las de reembolso y las de suscripción.
Este tipo de comisiones se cargan justo en el momento de la adquisición y de la venta como porcentaje de la cantidad desembolsada o suscrita. La ley establece que no puede ser mayor que un 5% y no es habitual de los fondos de toda la vida, es decir los más tradicionales.
Gastos anuales
Los gastos anuales son aquellos que van repitiéndose mientras se tenga el fondo de inversión y corresponden a gastos corrientes. Estas cantidades dinerarias (TER: total expense ratio) se necesitan para que el fondo funcione correctamente y es posible consultarlas en el documento de datos de cada uno de los fondos.
El TER incluye comisiones del depósito anual y de la gestión correspondiente que se lleva la gestoría y quien sea el depositario del fondo en ese momento. La OCU, en su informe, ha estimado que 2.000 fondos, aproximadamente, estos gastos son de 15,4 € por 1.000 € que se inviertan.
Gastos de transacción
Además de estos gastos, los de transacción pueden suponer un gasto extra del 0,2% al año. Estos son aquellos gastos del fondo a la hora de comprar y vender títulos de lo que constituye su cartera. También hay que incluir las comisiones que el gestor decida añadir a los resultados del fondo.
Gastos por cambio de divisas
Estos gastos pueden estar relacionados con comisiones como sobreprecios en un tipo de cambio con respecto al precio al que cotiza en el mercado mayorista. En estas situaciones, se cobra más de lo que cuesta cuando se ha comprado esa moneda, y esto puede suponer un gasto de entre 5 y 10 € por cada 1.000 € invertidos en compra y venta.
Este coste no es del todo claro y no suele haber información al respecto. Desde la OCU advierten de que, para evitar estas comisiones, se escoja siempre una cartera cuya divisa sea el euro. Si es otra, lo más aconsejable es traspasarlo a un fondo es esa misma divisa para que no haya comisiones intermediarias.
Gastos por custodia de valores
Estos gastos los cobran las comercializadoras y son razonables si el importe es reducido y permiten acceder a fondos más económicos. Si la comisión que se paga es pequeña, el ahorro final compensa, dice la organización, y es beneficioso a largo plazo. No obstante, hay intermediarios que no cobran nada y otros que se exceden.
¿Te animas con las inversiones?