El clima importa a la hora de buscar casa

28 feb 2023

La relación entre las soluciones urbanísticas y clima es una realidad. El tiempo que hace importa y es un factor clave a la hora de decidir dónde vivir. El cambio climático y las temperaturas tan extremas, ya sea el calor excesivo del verano o los temporales de frío del invierno, hacen que este vínculo sea aún más evidente.

Mudarse, ya sea de alquiler o comprando una casa, no es tarea fácil ni aunque se recurra a los créditos rápidos para pagar alguna que otra mensualidad. Los precios del alquiler han subido, debido en parte al límite impuesto por el Gobierno del 2%, al igual que el euríbor y los tipos de interés, lo que dificulta la compra.

Condicionantes para cambiar de casa

Aun con este panorama, un estudio de Fotocasa asegura que un 29% de las personas que buscan vivienda lo hacen en un sitio con un clima distinto al que tienen. El insoportable calor del verano en España y los inviernos tan fríos hacen que mucha gente se plantee un cambio de residencia.

El inquilino puede hacerlo con mucha más flexibilidad que el propietario, de hecho, un 32% de quienes viven de alquiler ya se han planteado moverse según sea el tiempo. Las preferencias… para todos los gustos, hay quien busca el calor y hay quien toma sus decisiones según el frío.

Aire acondicionado y calefacción

Según el mencionado portal inmobiliario, las temperaturas cada vez más extremas del invierno y el verano afecta a la vida de los españoles. En realidad, no solo interfieren en las actividades diarias de las personas, sino también a sus economías porque implica un uso excesivo del aire acondicionado en verano y de la calefacción en invierno.

Cambiar de localidad o, incluso, de comunidad autónoma quien puede permitírselo, se hace, en parte, buscando tener que poner menos el aire en verano y la calefacción en invierno. Si a esto se le añade el precio de la luz, se comprueba que vivir sale caro. Muy caro.

Quienes están de alquiler lo tienen más fácil; de hecho, el 10% quiere mudarse a algún lugar donde las temperaturas sean menos calurosas y otro 10% a las zonas menos frías. El inquilino tiene la suerte de poder moverse de un lugar a otro con más facilidad si el momento personal en el que esté se lo permite.

Los jóvenes tienen más movilidad

Quizá esa es una de las razones por las que los más jóvenes (edades comprendidas entre los 18-24 años) son los que dicen que el clima es importante para ellos a la hora de vivir en un sitio. En esta franja de edad hay menos propietarios, ya que el poder adquisitivo es más bajo y hay poca capacidad de compra.

Además, este grupo de edad tiene menos ataduras emocionales, profesionales y está abiertos a todo aquello que le depare el futuro. A los más jóvenes, no les importa cambiar de residencia, aunque eso implique trasladarse a otra provincia o, incluso, a otra comunidad autónoma.

El 37% de los jóvenes busca casa con un tiempo diferente al que ya tienen. El 15% lo hace a zonas más suaves mientras que el 12% busca un clima más cálido y el 10% quiere temperaturas más frías de las que ya tiene.

Procedencia del demandante de vivienda

En cuanto al lugar de procedencia de quienes buscan vivienda distinta a la que ya tienen, los catalanes son quienes más se motivan por el clima. Un 32% de ellos dice que quiere cambiar de vivienda afectado por el tiempo que hace: el 12% prefiere temperaturas más flojas y el 12% las quiere más frías.

Les siguen los madrileños con un 30% de demandantes de vivienda dispuestos a cambiarse de casa por el tiempo. De ese porcentaje, el 11% busca mudarse a zonas con un clima más cálido del que ya tienen. Ambos ejemplos indican que el impacto del clima en la toma de decisiones de la gente es cada vez más evidente.

En conclusión

A grandes rasgos no hay grandes distinciones entre quienes buscan vivienda teniendo en cuenta el clima y los que no. Lo que sí se detecta es que entre esos que dan importancia al tiempo, hay más concentración de jóvenes. En cuanto al sexo, está bastante repartido (50%) y solo el 22% vive en pareja.

En definitiva, los jóvenes están más abiertos a la movilidad porque viven de alquiler, no tienen cargas familiares que los retenga y no tienen miedo a salir de la zona de confort. Cambiar de localidad no supone para ellos un problema ni parece retenerles a la hora de hacer las maletas.