Mente y gasto: trucos psicológicos para mejorar tus finanzas

23 sep 2025

Seguro que más de una vez has salido de una tienda con algo que no estaba en tu lista o has hecho clic en “comprar” solo porque había un descuento irresistible. Estas compras impulsivas están tan tenidas en cuenta que hasta pueden financiarse en distintas entidades a la hora del pago.

Además, cada vez son más los clientes que recurren a los créditos rápidos en momentos puntuales como Black Friday, Navidad, rebajas… El problema viene cuando detrás de estas decisiones se esconden impulsos emocionales que hacen que devolver ese préstamo se convierta en un problema en lugar de ser una solución.

Se compran emociones, no productos

Lo que realmente se persigue al hacer una compra es cómo te hace sentir. No se trata de la camiseta, el teléfono o una colonia. Una camiseta puede parecer que aporta seguridad, un móvil nuevo da la sensación de estar a la última, y un perfume despierta la ilusión de ser más atractivo.

De hecho, hay estudios que demuestran cómo el aburrimiento o la tristeza se transforman en gastar a lo tonto o hacer compras impulsivas. Es un mecanismo parecido al de comer chocolate o atiborrarse de helado después de un mal día: lo que se busca no es el azúcar, sino el consuelo y el placer inmediato.

El marketing y la urgencia artificial

El marketing juega un papel decisivo a la hora de abrir el monedero. Frases como “últimas unidades” o “solo hoy” generan la ilusión de que, si no compras ahora, perderás una oportunidad irrepetible. Ese miedo a quedarse fuera tiene nombre: FOMO (fear of missing out).

Un ejemplo claro lo vemos en las tiendas online: ¿quién no ha picado en eso de añadir algún producto a la cesta virtual para llegar al envío gratuito? Con esta técnica, lo que parecía un ahorro se convierte sin darte cuenta en gasto adicional porque compra cosas que ni querías ni necesitabas en un principio.

Los sesgos que sabotean tu cartera

La mente funciona con atajos, pero no siempre benefician, tal y como informan desde Finanzas para todos, una iniciativa del Banco de España (BE), La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Ministerio de Economía. Triunfa la recompensa inmediata a esperar, aunque eso implique gastar más de lo que se debería.

Es lo que ocurre con los “chollos” que en realidad no lo son: ves un 50% de descuento y piensas que es una ganga, sin comprobar si sigue siendo caro para tu bolsillo. Un caso muy común es el de las rebajas de enero; muchas personas compran 3 abrigos cuando solo necesitaban uno. Si se mira en frío, no han ahorrado: han gastado más.

Estrategias para gastar menos sin sufrir

Comprar menos no es sinónimo de renuncia ni de una vida repleta de prohibiciones con miedo a gastar y sin placer; al contario. Existen estrategias que son pequeños diques invisibles o, simplemente, trucos psicológicos para centrarse en el gasto que de verdad importa y hay que hacer sin que la cabeza se lo tome como un sacrificio.

Regla de las 24 horas

Haz una pausa y piensa: ¿lo necesito o es solo un deseo momentáneo? La regla de las 24 horas funciona muy bien: esperar un día antes de decidir suele enfriar el impulso. Si pasado ese tiempo sigues teniendo en la cabeza comprar, hazlo. En caso contrario, quítate la idea de la cabeza.

Plan de gastos realista

Más que centrarse en un presupuesto rígido, funciona mejor diseñar un plan de gastos flexible. De este modo, no te convertirás en un radical del gasto. Por ponerte un ejemplo, es como una dieta que incluye caprichos: no sientes que estás castigado, pero al mismo tiempo mantienes el control.

Ponlo un poco difícil

Si tienes tarjetas de débito ya metidas en páginas web, estás tardando en quitarlas. Eliminar los métodos de pago guardados o borrar las aplicaciones de pedidos a domicilio ayuda a reducir las tentaciones. En definitiva, haz que comprar sea un poquito más difícil para marcar la diferencia.

Ahorra con un propósito

Ahorrar por ahorrar resulta menos motivador que hacerlo por una razón y si este es atractivo ¡mucho mejor! No es lo mismo ahorrar “por ahorrar” que hacerlo para el “viaje al Caribe todo incluido” o “el coche nuevo”. El cerebro responde mejor cuando el objetivo tiene una emoción detrás.

Compartir tu reto

Si consigues tu propósito de ahorro ¡Cuéntalo! Tus amigos y familiares estarán encantados de saber que has sido capaz de mantenerte el camino. Nadie quiere reconocer que se desvió del ahorro por compras innecesarias, pero si has logrado tu propósito, compártelo con quien pueda alegrarse.

Hay que entender que gastar menos no es un castigo, sino un entrenamiento mental. Si reconoces cómo influyen las emociones y el marketing en tus decisiones, podrás poner límites más claros. Y si alguna vez necesitas pedir un crédito, será por un motivo planificado y no como reacción a un impulso.

50 €300 €
7 días30 días
Fecha de vencimiento
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Comisión total*0,00 €
Total a devolver300,00 €

*La TAE para el primer préstamo de 250€ A 300 EUR es del 0% en caso de no presentar demora en la devolución. La simulación no es oferta vinculante. Concesión sujeta a evaluación del solicitante